Es en un viñedo de Torremontalbo, en La Rioja, donde se crían las Cepas Madre de este vino.

        Es un lugar muy especial de La Rioja, eso lo percibe cualquier Alma Sensible que por allí aparezca. Crecen los robles centenarios incrustando sus raíces en una tierra oscura, única en La Rioja, el agua canta aquí y allí sin cansarse, desde hace tantísimo tiempo, allí, en lo hondo.

        ​Sin embargo, si tu vista quiere más, si quieres salir del vergel para ver el horizonte, tus pies encontrarán una tierra más pálida y más seca, menos alegre pero impactante, un poquito más arriba. Es allí donde las cepas retorcidas, incluso prefiloxéricas te hacen pensar en lo que esa tierra ha ido dando a nuestra familia poco a poco.

        Te hace pensar en la continuidad, en lo que permanece, en los que pasamos, en quedarte de algún modo. Es ahí donde te paras y empiezas a notar un hormigueo en el estómago, una inquietud, una imperiosa necesidad de unirte a tu tierra, de asociarte con esas cepas que otros plantaron.

        De pronto ves que solo se expresarán a través de ese vino que tú y solo tú llevas en tu imaginación.

Yolanda con Sol Manso de Zúñiga
Manso de Zúñiga